Uno de los principales responsables que de la ciudad de Barcelona sea tan popular entre los extranjeros que visitan España es el arquitecto del que vamos a hablar hoy, Antonio Gaudí. Te suena, ¿no?
Gaudí fue un arquitecto del siglo XIX con una extraordinaria capacidad creativa y el responsable de edificios que hoy son marca distintiva de Barcelona, como la Sagrada Familia, el Parque Güell, la Casa Batlló y la casa Milà. Su fama se ha extendido a lo largo de décadas y países y sus obras son uno de los principales atractivos turísticos que despiertan la curiosidad de quienes se interesan por la historia del arte español. ¿La clave de su éxito? Su profundo amor por Cataluña y por la naturaleza combinado con su profundo sentimiento religioso.
Aunque empezó inspirándose en estilos arquitectónicos anteriores que forman parte de la historia del arte español (arte gótico y árabe), con los años encontró el suyo propio, el que le dio la fama y le dio el título del maestro del movimiento, del color y de la luz. Sus obras huyen de las líneas rectas y de lo convencional y son un homenaje a la naturaleza y demuestran que es posible integrarla en una gran ciudad moderna como Barcelona.
Uno de los aspectos que lo hacen tan especial e inconfundible es su famosa técnica, el trencadís, que es parecido a los mosaicos. Consiste en la utilización de piezas de cerámica de distintas formas y colores que logra darle personalidad, luz y alegría a sus curvas.
No le gustaba dibujar planos, sino que frecuentemente construía pequeñas maquetas porque prefería trabajar en un entorno tridimensional. No solo diseñó edificios sino que prestaba atención a todos los detalles decorativos que se incluían en ellos, como muebles, chimeneas, mosaicos o rejas. Esto demuestra el cuidado y mimo que Gaudí ponía en sus obras.
Desgraciadamente, este genio dejó sin terminar su mayor obra, la Sagrada familia. Gaudí murió en 1926 atropellado por un tranvía que iba a tan solo 10 kilómetros por hora. Se dice que era un hombre muy humilde, de poco cuidado en su apariencia, y que huía de las cámaras y de periodistas. Por eso cuando fue atropellado no solo nadie lo reconoció sino que creían que era un vagabundo. Conservamos algunos planos de la iglesia, pero con la guerra civil española algunos de sus proyectos fueron dañados.
La Sagrada Familia hoy es el monumento más visitado de toda España, seguido por el Museo del Prado en Madrid y la Alhambra en Granada, ¡y eso que todavía está construyéndose!