lunes, 10 de enero de 2022

Souvenirs no autorizados (3A)

Las habitaciones de hotel ponen a disposición – según la categoría de cada estructura – aquellos utensilios que nos pueden hacer falta durante nuestra estancia en ellas. La lista de estos objetos es larga y variada: va desde el jabón de manos hasta las perchas, pasando por el secador de pelo o las toallas de baño, para las manos o para la cara.
Sin embargo, los citados objetos para el aseo personal a veces salen de paseo o, dicho de otro modo, salen del hotel para no volver.

La prenda más deseada

Algunas encuestas realizadas por el sector hotelero, como la elaborada por la web hotels.com, revelan cuáles son los objetos más robados, esos que los clientes deberían dejar en el hotel pero que se llevan.
Está de más decir que la ropa de baño ocupaba el primer lugar en la encuesta de hotels.com: toallas y albornoces, con el logo del hotel en la mayoría de los casos, muy a menudo acaban en la maleta de los huéspedes.


Testigos directos

En una entrevista emitida por el canal de televisión Antena 3, el 80% de los españoles reconocía haberse llevado “de recuerdo” algo de un hotel alguna vez en su vida, pensando, en la mayoría de los casos, que no estaba haciendo nada malo.
Cuentan los entrevistados que les hacía ilusión quedarse con algo del hotel en el que habían estado – en el caso de un cenicero – o que en ese momento les hacía falta – como en el caso de las pilas del mando a distancia del televisor.
“No importa la categoría del hotel ni el estatus económico del huésped”, afirma la directora de una conocida cadena de hoteles, “el atractivo que despiertan las toallas y las batas no hace distinciones y convierte a cualquiera en un cleptómano”. Añade, por último y con cierta ironía que ” aunque en el váucher ponga all inclusive, no significa que los clientes se pueden llevar todo lo que ven en ella”.

Toallas que salen caras

El constante hurto de toallas en hoteles y estructuras similares ha llevado a la empresa valenciana Resuinsa, especializada en ropa y lencería para la hostelería, a crear un tejido a prueba de ladrones: son tejidos inteligentes, según informaba el periódico La Vanguardia el pasado mes de agosto.
Como es de imaginar, esta innovadora tela ha suscitado interés entre los gestores de hoteles y también de cruceros. Además, estos aseguran que el dinero invertido cada temporada en toallas de baño y similares asombraría a cualquiera.

Telas de doble función

El responsable de Resuinsa contaba a ese mismo periódico que “Se trata de telas que llevan incorporado un chip y una pequeña antena permite localizar las prendas que han sido sustraídas”. Añade asimismo que “lo que en un principio se ideó para controlar la trazabilidad de manteles, sábanas y toallas, y saber si, por ejemplo, habían pasado por la lavandería o el planchado, se ha revelado útil para otra finalidad: detectar la gran cantidad de prendas que los huéspedes se llevan ‘de recuerdo’”.

¿Vale la pena arriesgarse?

Estando así las cosas, cada vez más son los hoteles que instalan en su ropa de baño chips que permiten rastrearla. Una alfombra antirrobo equipada con un lector sigue las entradas de las prendas para el personal del hotel y, sobre todo, controla si un objeto sale de las instalaciones.
La noticia de esta nueva tela se ha difundido entre la prensa internacional, pues según parece esta costumbre de llevarse como souvenir la toalla del hotel no es exclusiva de los españoles.