viernes, 14 de diciembre de 2018

Quien mucho abarca poco aprieta (2A)


Pablo es profesor de español en Saarbrücken (Alemania) y como tal le encanta reflexionar sobre sus métodos y sobre si sus alumnos aprenden o no. Uno de esos días de reflexión le vino a la memoriaun estudiante que se llamaba Edwin. Pablo se preguntaba: «¿Qué habrá sido de Edwin?».

A este alumno siempre le rondaba por la cabeza la idea de viajar al extranjero. No veía la hora de coger un avión y dar la vuelta al mundo. Pero claro, como no quería parecer un simple turista, quería relacionarse con la gente del lugar en su lengua y por ese motivo tenía unas ganas locas de aprender idiomas. Tanto es así que se matriculó en un curso de español y en otro de inglés ya que había leído en un estudio que podría comunicarse con el 80% de la población; y, además, en otro de holandés porque las holandesas le parecían muy guapas y no quería hacer el ridículo si algún día encontraba allí a su media naranja. No contento con el esfuerzo que suponía mezclar tres idiomas a la vez, se instaló en el móvil una aplicación para aprender chino porque pensó que si viajaba a Asia le sería de gran utilidad.
El curso de holandés le resultaba relativamente fácil ya que se parecía al alemán, su lengua materna; pero, en cambio, el de español, el de inglés y el chino no tenían nada que ver. No podía establecer ninguna conexión entre tantos idiomas y el aprendizaje se le hacía cada vez más pesado. Edwin pensó que tenía que trabajar más duro y por eso, decidió seguir el método de la vieja escuela, anotando todo lo que había en la pizarra y memorizando palabra por palabra, sin embargo, no veía ningún avance.
Cuando llegaron los exámenes finales, Edwin se presentó a todos, pero tenía tanto jaleo en la cabeza que cuando empezó a escribir, se quedó en blanco.
Aquel día, decepcionado con sus resultados, decidió irse de vacaciones a Colombia. Seguro que allí encontraría a alguien con el que hablar alemán o chapurrear algo de inglés o el poco español que había logrado aprender. Al poco tiempo, conoció a Daniela, una hermosa mujer de Barranquilla y en cuestión de días estaba hablando español con ella. Poco a poco se dio cuenta de que su vocabulario y gramática estaban mejorando. Y, además, tuvo la suerte de practicar su inglés al encontrar a mucha gente que lo hablaba. En cambio, decidió dejar el chino y el holandés hasta tener más fluidez con el español y el inglés. Cuando regresó de sus vacaciones, sentó la cabeza y se tomó su aprendizaje con otra filosofía. Por fin había comprendido el significado del refrán que un día le dijo Daniela: «quien mucho abarca poco aprieta».

Lee la siguiente información sobre el texto y responde con verdadero o falso.

  1. La historia nos habla de cómo Pablo enseña español a sus alumnos
  2. Edwin quiso hacer muchos cursos de la noche a la mañana (en muy poco tiempo)
  3. Todos los cursos eran muy pesados porque había que llevar muchos libros a clase
  4. El método del alumno era como en la vieja escuela: escribir en el cuaderno y memorizar
  5. El amor fue lo único que ayudó a Edwin a aprender español  
  6. A la vuelta de las vacaciones, el alumno retomó sus tres cursos intensivos