Un planeta que se hace mayor
A estas alturas de nuestro siglo estamos viendo cómo el envejecimiento del planeta es uno de los factores que está alterando tanto la estructura de nuestras sociedades como la de nuestras economías. Organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), apuntan desde hace tiempo que ello se debe – por lo menos en la parte más afortunada del mundo – al descenso de los nacimientos y al aumento de la esperanza de vida. Así, los expertos señalan que mientras los habitantes del mundo envejecen, la tasa de natalidad está lejos de poder garantizar la renovación poblacional.
Es también el caso de España, donde la diferencia entre el número de nacimientos y de fallecimientos empezó a ser negativa en 2015. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) la tendencia va a continuar a la baja, debido a que las parejas jóvenes españolas casi no tienen descendencia por diferentes motivos que van más allá de una simple elección personal. Sin embargo, aunque las acciones institucionales van dirigidas a construir una sociedad para todas las edades, algo falla en el día a día.